miércoles, 23 de abril de 2008

La triste historia de Miriam

Silvia G. Torres
El aula estaba con ese bullicio que acostumbrábamos tener cuando las conversaciones eran de esas a las que no se referían solo de aprendizaje sino que hablábamos de cosas curiosas, que siempre asombran a los niños.
En primer año, un grupo de trece niños, donde yo era su docente por poquitos días, se encontraba Miriam, una niña menudita, de ojos tristes, pero siempre con una sonrisa y alerta a correr para darte un beso, a ayudarte, a llevar el portafolio, a buscar algo ha dirección, ella siempre dispuesta a todo.
Yo me quedaba asombrada de la actitud con los demás, pero a veces llamaba mi atención porque no terminaba su tarea.
Yo hacia sólo veinte días que estaba con ellos, pero fue suficiente para ganarme mi cariño.
Fue grande mi sorpresa cuando un día descubrí, la triste historia de vida de Miriam. Todo empieza cuando un día, una compañerita de Miriam que tenia unos ojos azules, grandes y brillantes yo le digo - ¡que ojos hermosos tenés, iguales a los de tu mamá!,
-Sí- me respondió la niña.
Cuando todos se comparaban sus ojos con los de sus papás y comentando los parecidos que ellos tenían de sus padres, Miriam me miraba con ojos tristes y callados y de repente me dice que ella también tiene los ojos como su mamá.
En ese momento otra niña un tanto especial gritó –seño, mentira Miriam no tiene mamá, su mamá la abandonó-
Y ella con voz fuerte y enérgica me dice- no seño, mi mamá no me abandonó ella no me puede cuidar-
Quedé pasmada, pensativa y sin decir nada, no me salía ni una palabra, noté en ella una gran necesidad de cariño, que uno no sabe en ese instante como ofrecérselo.
Yo tuve que dejar esa suplencia, para tomar otra en la misma escuela, y a Miríam continué viéndola, pero con más tristeza aun cuando me enteré que la persona que la tiene a cargo la golpea con brutalidad porque la niña de sólo 6 añitos nos muestra sus moretones y justifica a la persona que la golpeó diciendo que ella se portó mal.
A veces me pongo a pensar como una personita tan pequeña que necesita cuidado, cariño, no pueda sentir rencor en su corazón, tanto por la persona que la cuida como por la mamá que la abandonó. Ahí me di cuenta que a Miriam le sobra el amor, el cariño y la bondad, que a otros les falta tanto.

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