miércoles, 23 de abril de 2008

Reto por Reto

Carina Paz
Esta experiencia que les voy a relatar sucedió hace unos cuantos años atrás… cuando comenzaban mis primeros pasos en la docencia y creía muchas “cosas” que me las imaginaba magníficas pero que con la práctica se fueron diluyendo.
Todas las suplencias que realicé al principio fueron cortas; una semana, tal vez dos y si la suerte estaba de mi lado quizás completaba el mes...pero, bueno, eso era pedir mucho.
Una mañana… como tantas otras, fui convocada por el Centro de Designaciones para realizar una suplencia en una escuela de Santa Rosa a la que accedí de inmediato porque ya había trabajado allí y lo hice en cómodas condiciones. Me dirigí con las expectativas de siempre, bien predispuesta y con buen humor, en busca de una experiencia nueva. La docente a cargo del grado que me iban a asignar había dejado una evaluación y, a continuación, debía desarrollar un tema nuevo. Como corresponde realicé lo pedido, tomé la evaluación y como algunos alumnos habían terminado, les permití conversar en voz baja hasta que sus compañeros hicieran lo mismo. Minutos más tarde entró, sin pedir permiso, como “una fiera”, la señora directora, con gesto y voz alterada, preguntando:
---¿Por qué se escucha tanto bullicio???.¡Desde la dirección los escucho!!! ¿Qué están haciendo?
Tranquilamente y con pausa le respondí que los alumnos que habían terminado la evaluación podían conversar hasta que el resto de sus compañeros lo hicieran o tocara el timbre, porque en realidad faltaba muy poco tiempo. Ella, ofuscada, y con tono violento me dijo:
-¿Y después de esto qué tenés que darle?
A lo que contesté:
-Un tema nuevo, pero como quedan pocos minutos iba a darlo mañana.
- De ninguna manera!!!!! Empezá ahora, así queden dos minutos…
Todos quedamos atónitos, no volaba una mosca, un silencio casi sepulcral... Pegó media vuelta y se retiró. Apenas se fue, los chicos culpándose unos a otros se decían que por culpa de ellos habían retado a la seño!!!
Respirando profundo, hice oídos sordos a los comentarios de los chicos y cuando quise seguir con lo que había “sugerido” la señora directora…tocó el timbre. En ese momento me sentía rara, nunca me habían “hablado” así y mucho menos delante de los alumnos; una mezcla de distintas sensaciones venían a mi mente, tenía tanta bronca...unas ganas de irme y mandarla a freír churros, por no decir otra cosa más grosera, pero ustedes se imaginarán cual,….conté hasta mil por lo menos y seguí…
Cuando volvimos del recreo, los chicos tenían hora especial, entonces me dirigí a la sala de maestros, sin poder decir nada a nadie, ya que era nueva y mucha bolilla no me daban. Fue allí, que la señora directora me llamó y se disculpó por la forma en que se había dirigido hacia mí en el aula, argumentando que estaba enojada porque la “señora coordinadora” la había retado por algunos temas y que sin darse cuenta descargó su furia conmigo.
Ustedes pensarán… ¿la disculpaste? Sííí…no fue fácil pero la perdoné…porque todos podemos tener un mal día ¿o no?

No hay comentarios: